> El Problema de los 4 Minutos

Si la duración del día se acorta en cuatro minutos tenemos un gran problema.
Podremos adaptar los ritmos biológicos.
Pero los relojes no están programados para días de 23 horas con 56 minutos. Y no se sustituyen de la noche a la mañana. Y sucede que somos totalmente dependientes de horarios.
Si el día solar se acorta en cuatro minutos, eso supone que el Sol sale cuatro minutos antes que el día anterior.
Cuatro minutos al día parecen poco, pero son dos horas al mes, y doce horas cada seis meses, de modo que al cabo de medio año las horas diurnas se habrán transformado en nocturnas y viceversa. Y vuelta a empezar el ciclo, retornando al cabo del año a la situación original.
Para mantener el horario actual habría que adelantar los relojes 1 hora cada 15 días. Y ponerse de acuerdo todos los países...